LAS CANCIONES DEL VIENTO
Cuando era chico uno de mis paseos predilectos era visitar el cementerio. Nunca pensé en los que allí descansaban, simplemente me sentaba en un banco a escuchar como ululaba el viento entre los álamos que rodeaban el camposanto. Y mientras mi madre y mi abuela recorrían el sitio del último descanso de sus seres queridos yo charlaba con mi amigo. El viento me contaba historias, me cantaba canciones y hoy muchas de ellas están aquí. Ha pasado el tiempo. Me fui de mi pueblo y solo de vez en cuando mi viejo compañero de la infancia viene a visitarme. Cuando eso ocurre me siento a escucharlo y el revolotea a mi alrededor contándome historias nuevas o recordándome las viejas. A veces cantamos juntos. Pero solo a veces.