SETENTA
BALCONES Y NINGUNA FLOR
Setenta
balcones hay en esta casa,
Setenta
balcones y ninguna flor.
¿A
sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian
el perfume, odian el color?
La
piedra desnuda de tristeza agobia
¡Dan
una tristeza los negros balcones!
¿No
hay en esta casa una niña novia?
¿No
hay algún poeta bobo de ilusiones?
¿Ninguno
desea ver tras los cristales
Una
diminuta copia de jardín?
¿En
la piedra blanca trepar los rosales,
En
los hierros negros abrirse un jazmín?
Si
no aman las plantas no amarán al ave,
No
sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca
se oirá un beso, jamás se oirá un clave…
¡Setenta
balcones y ninguna flor!
Baldomero
Fernández Moreno.
Biografía
Baldomero
Eugenio Otto Fernández Moreno nació el 15 de noviembre en Buenos Aires,
Argentina, en 1886. Primero de cinco hermanos. Hijo de padres españoles, vivió
unos años en España, donde estudió humanidades. En 1899 regresó a la
Argentina. Cursó estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
Inició un lento aprendizaje literario, a la vez que avanzó y concluyó sus
estudios de medicina en
1912, profesión que ejerció como médico rural en Chascomús y en Catriló hasta
1924, a la vez que desarrolló su vocación poética. Fue colaborador en
periódicos y revistas, obtuvo un premio nacional y otro municipal de poesía, y
fue miembro de la Academia Argentina de Letras.
Fernández
Moreno dio su propia versión de una poesía ciudadana y porteña; con su primer
libro, Las iniciales del misal (1915), obra ya madura, señaló
un alejamiento de las características más ostentosas del modernismo a favor de
una lírica llana, realista, sin patetismo ni deleite metafórico, lo que se
denominó sencillismo. Éste, logrado por la disciplina
que se impuso, le dio un curioso aire clásico en la forma, y de modernidad en
la inquietud espiritual que transmitía su contenido.
El
sencillismo no puede ser entendido como un movimiento literario en el sentido
tradicional del término, aun cuando otros escritores, como Alfredo
Bufano, Pedro Herreros y Miguel Camino, hayan
seguido y profundizado esta tendencia poética. En líneas generales, el
sencillismo es una forma de observar y apreciar la realidad en las cosas
cotidianas y sencillas, sustrayéndolas al intento de profundizar en aspectos
abstractos y utilizando un lenguaje sin florilegios eruditos. La crítica
literaria ha destacado el hallazgo por parte de Fernández Moreno de un camino
auténtico y propio dentro de la poesía argentina, con una inflexión singular y
espontánea.
Falleció
el 7 de junio de 1950 en Buenos Aires, su ciudad natal, con 64 años y por un
derrame cerebral.
La casa
donde vivió, al sur del barrio Flores ubicada en la calle Francisco
Bilbao 2390, aún se conserva, y una placa de bronce en el frente recuerda que
allí vivió el poeta. También se ha bautizado con su nombre a una calle de esa
zona de la ciudad.